La ruta, desde que salimos de Tona, sobre las 10:15 de la mañana, hasta que conseguimos volver, a las 15:20 serian unos 18 kms, o unas 5 horas de caminata.
La ruta no presenta gran desnivel, pasando de los casi 600 mts de Tona a los 1.034 de la ermita que era nuestro destino. Alternamos pista forestal, con carretera y algún sendero. Una de las cosas curiosas son los contrastes, pasar de un campo de cultivo a una zona casi desertica, de gran erosion, y de alli a una zona boscosa, en la que casi no ves el cielo.
La mañana fria, húmeda y algo desapacible, incluido chirimiri/calabobos o como se llame, no pudo con nuestro ánimo.
Bien abrigados y pertrechados, caminamos sin desmayo y sin perdernos, bajo la atenta supervision de nuestro guia Josep (en algo ha de notarse que estuvo en un esplai de nen!)
Esta es la foto de nuestra llegada a la ermita y abajo la del mirador. Puede apreciarse a lo lejos la capa de niebla de un dia de invierno tipico de la zona.
Y por fin, a la vuelta, esta vez comimos en casa de Rayda, que nos deleito con un magnifico risotto que no resisto la tentacion de mostrar aqui. Conste que, previamente habiamos degustado unas croquetas de langostino caseras, que trajo Ana, para chuparse los dedos. Ah! y el ron con naranja del final de fiesta, mmmmmm, exquisito.
La verdad, empieza a hacerse claro que lo de salir a pasear es solo una excusa para las delicatessen de la comida. Y es que el buen comer es uno de los mejores placeres de la vida...
PD: mas fotos en el album de Rayda
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